31 may 2015

Malos recuerdos.

El 12 de agosto se cumplirán 5 años.
Cinco, desde que los incendios gallegos nos dieron un batacazo mortal, al llevarse la vida de dos brigadistas en Fornelos.
 Hoy los han recordado, medio centenar de brigadistas, amigos y familiares, en una marcha con acto de homenaje final. Con mucha mierda por parte del gobierno, denuncias y trámites sin resolver, indemnizaciones... Un trato pobre por parte de la administración y desentendimiento de la empresa que al final sólo derivan en una conclusión: Sus vidas, valian bien poco.

Siempre recordaré ese día. Por suerte, yo no estaba allí, pero gente muy cercana sí.

Sumidos en plena oleada de incendios las tropas ourensanas se dejaban los músculos a diario, noche y día, en las decenas de incendios activos. Llevábamos cerca de una semana con turnos extratosféricos. No había una brigada descansada o sin bajas. Durante esos días sólo nos quedaba aguantar esa batalla de desgaste, clamando por una tregua, o unas nubes.
El día anterior, 11 de agosto, trabajamos de un sitio a otro desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la madrugada. La XVII y otro par de brigadas nos retiramos por relevo y nos dieron la mañana siguiente libre para descansar y estar preparados para seguir afrontando la situación.
En Ourense las cosas quedaban más o menos controladas, no era una tregua como tal pero si un bajón de ritmo más que necesario, sin embargo, Pontevedra ardía descontrolada y sin medios suficientes.
Tal era la situación allí que solictaron refuerzos de toda la CCAA aún sabiendo todo el ajetreo que había, y tal era la situación "aquí" que al llegar a la base de madrugada pidieron voluntarios para formar un grupo, "brigada de parches" como llamamos nosotros, para ir y colaborar sobre todo en relevos. Voluntarios, sin obligación, porque todo el mundo sabía como estaba el nivel físico de la gente. En el subsuelo.

La mayoría no fuimos, necesitábamos descanso. Pero de los nuestros, los inhumanos de Tamer y Gorka se sumaron al grupo y partieron hacia allí.

Al día siguiente, al ir a la base al medio día dispuestos a afrontar otra jornada horrorosa nos enteramos de la fatídica noticia. Julio y Rodrigo, dos compañeros brigadistas habían perdido la vida en una encerrona de llamas. Nuestros compis no lo vieron, llegaron a ese punto una hora después de haber estado echando una mano no muy lejos. Se encontraron decenas de brigadistas parados, medios de emergencia... lo podéis imaginar. Al rato aparecieron entre el bosque gris compañeros brigadistas de los fallecidos sacando los cuerpos calcinados cubiertos en camillas. Nos lo contaron con un nudo en la garganta, y más de una lágrima de los que estábamos allí corrió.

Es muy dificil explicar como se te queda el cuerpo. Estamos tan exhaustos que incluso parece que nos afecta menos de lo normal. Pero sólo lo parece. El jarrón de agua fría llega, y te recuerda, que estás jugándote la vida a diario y que con un despiste, hoy podrías ser tú. Tienes escalofríos en pleno verano, se te quita el hambre cuando deberías tener más que nunca, cambia totalmente el ánimo...

Pero Ourense sigue ardiendo. Hay que volver a la realidad y montar en el camión para desplazarse a un nuevo incendio con decenas de preguntas en la cabeza. Se especula de lo que pudo pasar, se montan teorías... que hay que dejar momentáneamente de lado. Pero está claro que todos tendremos mucho más cuidado hoy. Le echas huevos, ovarios... porque no te queda otra, te apoyas en tus compañeros/as y al llegar al nuevo infierno te acuerdas de todos los te quiero que no has dicho.

Ese día, los medios de extinción saldrían por la tele y prensa. Se enseñarían gráficos, protocolos, se buscarían chivos expiatorios... pero no dirían cuanto tiempo llevan trabajando las brigadas sin descanso y desde luego nadia lanzaría la pregunta: ¿Hay medios suficientes?.

Mañana día 1 de junio empieza la campaña de alto riesgo en muchas CCAA. En Galicia no, decidieron quitar junio de la campaña. Y a nadie le importa, porque nadie lo sabe.