18 nov 2011

La historieta de Gorka

Prácticamente me obliga Kali a publicar esto para que no caiga en el olvido, que por lo visto la web donde estaba subido ya no funciona y hay gente que no ha visto esta joyita de hace unos años... Para que veáis que jefes tenemos!.
 
El "realto" es obra de Gorka, que cedió a la presión y decidió contar por escrito lo que aconteció ese día xD.

La verdadera y censurada historia del viaje en Goliath al lado de Tamercito.

Hola queridos fans de la lectura de textos raros relacionados con los BROthers del cuartel del norte ourensan ^^, fanáticos del pastoreo de caracoles y expertos peladores de mandarinas. Líneas más abajo tendréis la oportunidad de disfrutar de una aventura jamás narrada ni contada (entera por lo menos) anteriormente, es ni más ni menos que mi viaje en el camión con el gran líder Tamer.

Para el que no lo sepa yo soy Gorka, nada de orko como dice Kalikosasquerosa, y ese día creo que tuve todas las sensaciones del mundo en mi cuerpo menos el orgasmo, pero poco faltó, lástima que lleguemos tan cansados a casa.

La historia se desarrolla el mismo día que Tom, alias Tom Bombadil, novato de nuestra brigada ese año, se aburría y pensó que haciéndose un corte de diez centímetros en el gemelo de su pierna derecha con un hierro oxidado estaría bien para pasar el rato y cambiar un poco.
Ciertamente estuvo curioso... Tom se ganó una cicatriz muy molona y una medalla, Alberto se entero que en el cuerpo humano adulto hay 4-5 litros de sangre (en el de Kali hay bastante menos y no es roja), Jose aprendió las diferencias entre rasguño, corte, tajo... y un tomtajo, Markos que los hierros oxidados son malos, Nitro descubrió que los pantalones aún siendo ignífugos no tienen porque ser armaduras, yo descubrí que los vascos también sangramos aunque Eraiz diga que no... bueno eso no pinta mucho aquí mmm... y en general todos aprendimos que podemos abrirnos la cabeza si queremos y está Tamer cerca con sus técnicas de rambo de curación porque no pasa nada. Da voces, sujeta la carne asquerosa del afectado con las manazas, se inventa vendajes... Claro que a Tom se le olvidó contarnos su plan y el susto nos lo llevamos... algunos más que otros como la julandra de Rubén que se desmaya al ver sangre.
Volviendo al tema, gracias a esa broma, por pasar el rato y no por un error (palabras textuales del afectado...), Tamer, Juanan (el conductor) y yo que iba de acople total tuvimos que salir con el camión a toda prisa cargados de angustia hasta un pueblo cercano para que la ambulancia nos encontrara sin tener que tirar bengalas o hacer señales de humo con el susodicho desmayado en la parte de atrás y con un bendaje compresivo que sinceramente dudábamos mucho de si evitaría que se desangrase porque estaba más rojo que blanco. Una vez allí, la ambulancia recogió a Tom, nos dijeron que habíamos actuado muy bien con la limpieza y tratamiento de la herida y nuestro conductor se fue con ellos dejándonos a Tamer y a mi en medio de la plaza del pueblo con un camión lleno de cicatrices metálicas y de mierda (todo hay que decirlo).
Vimos marchar la ambulancia e incluso la dijimos adiós con la manita. No pronuncié una palabra, fui al lado de mi amado líder y ante un silencio atronador opté por romperlo y preguntar a mi modo...
- Esto... no es por nada pero tu y yo que coño hacemos ahora?.
Tamer se ve que recapacitó y analizó la situación como si fuera miembro del csi, el momento peliculero se fue al traste cuando por fin dijo algo asi:
- Carcajada, ji, ji , ja, ja, jo.... carcajada... pues es verdad macho a ver que hacemos nosotros ahora... vamos a ver la radio.
Os podéis imaginar mi cara... yo ya estaba pensando en si los vecinos nos darían de comer gratis o tendríamos que vender nuestros cuerpos a la mejor moza postora.
Nos montamos en la tanqueta y cerramos las puertas como si tuviéramos miedo de ser atacados. Empezamos a toquetear la radio y no cogía señal alguna, bien por la tecnología!!.
Visto esto solo nos quedaba esperar y tramar nuevos planes. Pasaron HORAS, sentados al lado del camión en un muro empezamos a delirar a causa del hambre, para que os hagáis una idea llegamos a replantearnos el tirar una de las bengalas que aún no sabemos sin funcionan o ir a alguna casa a preguntar si por casualidad saben el teléfono de los bomberos. Esta última idea la descartamos por corte... ya que ir dos machotes ibéricos disfrazados de reten a llamar por teléfono para que vengan desde lejos a buscarte y conducir el camión de vuelta... queda un poco mal, no creeis?.
Pasada media hora más de delirios en aquel pueblo fantasmal, que poco le faltaba para estar habitado de zombis, rebuscamos en la parte trasera del camión, en el baúl mágico y sorprendentemente encontramos medio paquete de galletas príncipe que nos curo algo de apetito.
Yo era feliz comiendo en el muro, moviendo las piernecitas y masticando al son de mi compañero... pero todo lo bueno se acaba... el paquete se terminó y bajamos de nuestra nube de felicidad a la triste realidad.
- Y ahora que hacemos?- pregunte con curiosidad, asco, duda y demás sensaciones raras a la vez.
En ese momento, como si de un relato heroico se tratara el gran Tamer me dijo fijo en mis ojazos con su mirada de cazador... - Vamos a conducirlo.
Las galletas príncipe dejan trocitos en la boca y garganta hasta que se cuelan totalmente al estómago, bien... una de esas cositas produjo en mi un atragantamiento ante tal frase.
Tamer se puso de pie y yo le seguí, preguntándole si sabía conducir dicho trasto, el me dijo que no y me pregunto a mi si sabía, je, je, jejejeje como si nos enseñaran de pequeños... Tenía un mes de carnet de conducir y no precisamente para esos cacharros, ponerme a conducir ese bicho cuando le tengo ya cangue al peugeot 206 de mi hermano no molaba nada.
Por suerte Tamer si tenía nociones, al menos más que yo, o por lo menos iniciativa y me iba a sacar de este pueblo del demonio dodne no había un puto alma.
Montamos, ilusionados, cerramos las puertas entre risas, nos pusimos el cinturón, metimos la llave de contacto, la giramos y.... y nada, toma castaña! Ni un ruido, ni un triste chasquido... es muy duro contar que estuvimos 10 minutos pensando como se arrancaba eso hasta que descubrimos (después de conectar las luces, las sirenas, la refrigeración trasera y más cositas...) que para arrancarlo hacia falta una combinación que solo Nicolas Cage en su papel de buscatesoros podría haberlo resuelto antes.
Es un factor que creo que omitimos al contar la historia... como otros tantos.
Pese a los problemas, y tras pensar que éramos mongoles, conseguimos arrancar la tanqueta y acelerar. Gritábamos de alegría, nos movíamos a unos 10km por hora pero éramos felices. El cambio a la segunda marcha hizo que se calara la bestia... pero volvimos a arrancar y conseguimos superar la gran dificultad de cambiar de marcha.
Después del gran momento y enfilar por una carretera rural la voz de mando dictaminó.
- Gorka, busca en los mapas donde estamos.
- OK!! - Contesté ilusionado, aunque se me fue la ilusión al ver que no había mapas en la guantera... solamente cosas inservibles, exceptuando las gafas de poli malo de los 80 que tuve que probarme.
Seguimos a paso de tortuga rebuscando algún mapa por los compartimentos y por fin encontré uno pero por más que buscaba no veíamos el pueblo donde paramos así que era muy difícil ubicarnos.
Llegamos a un stop y descubrimos que ahora el camión no se calaba icluso con la primera metida al quitar los pies de los pedales cuando un vehículo normal de este mundo lo habría echo, así que hicimos un alto con los motores rugiendo y buscamos ambos en el mapa pero tras quince minutos de dejarnos los ojos leyendo pueblitos desistimos. Probamos la radio a la vez y seguía sin funcionar. No sabíamos por donde ir pero nos teníamos el uno al otro, y lo más importante... teníamos un camión de bomberos; ¿Quién no ha querido nunca algo así?.
Tamer me dijo, mira macho tenemos combustible a tope así que podemos recorrernos toda Galicia sin problemas. La idea no me hacía mucha ilusión pero al menos no nos íbamos a quedar tirados por falta de gasolina... algo es algo.
Por cálculos orientativos dedujimos que había que ir al norte, un retén sabe situarse en las coordenadas polares , aunque yo me limite a fiarme de Tamer que es más facilón.
Después de reanudar la marcha y cogerle el truquillo aún más a los pedales conseguimos alcanzar una velocidad punta sorprendente de 45km/h aunque la media era de 10 por debajo la cual decidimos por mayoría absoluta de la tripulación de no sobrepasar por miedo a estropear algo o matar a alguien.
Esa velocidad parece una ridiculez, pensareis que con vuestra bici habréis ido más rápidos y si no es que sois unas nenazas conduciendo bicis, pero el caso es que enfrascados en ese... ese trasto con amortiguación que bota sin haber baches y poltergeist similares parece que vas mucho más rápido. Además hay que añadir que las carreteras son bastante pequeñas, sin pintar y con los laterales descuidados a la vegetación ya que son casi todas carreteras rurales. Todo iba bien hasta que vimos un coche de frente y calcular el espacio que ocupas con semejante camión no es muy fácil, me tocó sacar la cabeza por la ventana e ir diciendo en marcha a Tamer cuanto faltaba para irnos por la cuneta. Esto tuvimos que repetirlo varias veces pero para eso está el copiloto.
Nos cruzamos un rebaño de ovejas del cual gracias a dios no nos cargamos ninguna y con varios grupos de personas. Al principio íbamos de buenas, muy cuidadosos, despacito y tal, pero tras reducir la velocidad una decena de veces seguidas por cruzarnos cosas en el camino y cagarnos en todo, Tamer se cansó y dijo algo así:
- Joder, y si ponemos la sirena ?
A lo que yo bastante animado conteste: - Eso, que se aparten que somos bomberos.
Una frase épica donde las haya.
El viaje a partir de aquí fue más entretenido, cada vez que veíamos obstáculos poníamos la sirena y que se aparten!!. Mucha gente nos miraba extrañados y más cuando yo sacaba la cabeza por la ventana a lo Ace Ventura y gritaba.
Después de bastante rato nos situamos y más o menos empezamos a coger caminos correctos, después de todo no estábamos muy lejos. Pensamos en ir a recoger a los cerdacos de nuestra escuadra pero no sabíamos donde estaban así que fuimos al cuartel a nuestra pedazo de velocidad.
Recuperamos la señal de la radio (al dia siguiente nos enteramos que había que echufar una movida rara para amplificar la señal) y al final pudimos contar la experiencia, creíamos que igual nos degollarían pero solo nos dijeron: "tener cuidado y si os para la policía pasarlos por radio". Eso nos daba una especie de licencia para matar, si fuéramos más gamberros nos habríamos colado con el camión por en medio de los pueblos grandes... pero somos buenos chicos.
Llegamos al cuartel, contamos lo sucedido y no paso absolutamente nada, supongo que porque no había más altos cargos que nuestro responsable en ese momento y porque al fin y al cabo venía Tamer y algo de manita tiene jeje.
A la hora y media llegaron el resto, transportados en otro camión y fliparon con la historia.
Me reí demasiado, tanto que por la noche intentando dormir me daban carcajadas.

Otra de tantas anécdotas que recordare de los retenes.
Ala majos, moriros de envidia.

Hola Tamer.

Un saludo, Gorka.